Grecia se despertó con la noticia de la muerte del director de cine Theo Angelópulos, quien falleció anoche, después de ser atropellado por una moto, cuando cruzaba una calle de Atenas, cerca del set de filmación donde preparaba su próxima película.
"El país, que pasa por un momento difícil, pierde a un gran creador", afirmó el primer ministro, Lukás Papadimos.
El trágico accidente, que está siendo investigado, ocurrió mientras trabajaba en El otro mar, una cinta que narra los efectos de la crisis económica en la vida diaria de los griegos.
La película, cuyo papel principal era interpretado por el italiano Toni Servillo, iba a ser la primera obra en solitario de Angelópulos desde el estreno de El polvo del tiempo en 2008.
Durante su trayectoria, el cineasta capturó el drama de la posguerra civil griega, contribuyendo a un mejor entendimiento de la historia moderna" de Grecia y ganó numerosos premios en festivales europeos.
En 1995 obtuvo el Premio del Gran Jurado en el Festival de Cine de Cannes por La mirada de Ulises, protagonizada por el actor estadounidense Harvey Keitel.
Tres años después ganó la Palma de Oro por La eternidad y un día, con el actor suizo Bruno Ganz.
Angelopoulos nació en Atenas en 1935 y presenció la ocupación nazi en su país durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil , que transcurrió desde 1946 hasta 1949.
Estudió derecho en la Universidad de Atenas, pero con el tiempo decidió cambiar de carrera y se trasladó a Francia, donde estudió cine en el Instituto de Estudios Cinematográficos Avanzados en París.
Al regresar a Grecia trabajó como crítico de cine para un pequeño periódico de izquierdista y comenzó a realizar películas durante la dictadura griega.
En 1975 saltó a la fama internacional con "O Thiasos", traducida en español como El viaje de los comediantes, un film de cuatro horas de duración y con sólo 80 tomas que, tras su estreno en Francia, le valió el aplauso de la crítica.
Angelopoulos era popular entre los aficionados al cine de arte y en sus elencos contó con grandes actores como Jeanne Moreau y Marcello Mastroianni, quien actuó en dos de sus películas más aclamadas: El apicultor y El paso suspendido de la cigüeña.
Al cineasta lo solían describir como una persona amable pero inflexible. En sus películas trabajó especialmente el espacio a través de largos planos secuencia, con composiciones formales muy cuidadas como si se tratase de un escenario teatral; mientras que en la temática fueron recurrentes la búsqueda de la memoria y la historia.
Fuente: Clarín.com
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