miércoles, 5 de septiembre de 2012

Lo nuevo de Fernando Meirelles: 360º


Al igual que Paul Haggis (Vidas cruzadas) y que Alejandro González Iñárritu (Babel), el brasileño Fernando Meirelles cree que es posible a través del cine reunir pequeñas historias, sólo en apariencia distanciadas en el espacio, aisladas y desconectadas, y hallar entre ellas puntos de unión y de encuentro bajo algún denominador común.
Ésa es la matriz de 360, un film que recorre sucesiva o simultáneamente varias ciudades (Viena, París, Río de Janeiro, Bratislava, Londres, Denver, Phoenix), dentro de las cuales un grupo de personajes no sabe que sus conductas y sus vínculos en sentido afectivo y sexual terminarán interconectados en algún punto y en algún momento. Meirelles imaginaba una mañana en la que Silvio Berlusconi, ejerciendo su poder como máxima autoridad en Italia, tomaba una medida que inmediatamente provocaba una caída sensible en la Bolsa de Milán. Y ese mismo día, por la tarde, el efecto de esa decisión se sentía en Buenos Aires, donde un hombre perdía su trabajo por culpa de aquella decisión tomada por Berlusconi.
El director de Ciudad de Dios, El jardinero fiel y Ceguera cita ese ejemplo en medio de una charla con algunos medios internacionales -entre ellos, la nacion- hace exactamente un año, en un lujoso hotel de Toronto. El Festival de Cine de esa ciudad, que mañana pondrá en marcha una nueva edición, fue escenario del estreno mundial de 360, que este jueves se estrenará en la Argentina, presentada por Diamond Films. El nuevo trabajo de Meirelles reconoce signos de identidad en La ronda, clásica obra de Arthur Schnitzler escrita hace un siglo y fuente de varias versiones cinematográficas (la más famosa fue dirigida por Max Ophüls en 1950), pero ese punto de referencia se integra al guión de Peter Morgan (La reina) a partir de las propias experiencias personales del autor, que vivió en varias ciudades y se propuso aquí -según palabras de Meirelles- contar cuán integrado y conectado se encuentra el mundo. Una mirada que Morgan ya había ensayado en Más allá de la vida, de Clint Eastwood. Al director brasileño le llegó el proyecto a través de un amigo común y decidió hacerlo suyo.
"El guión me encontró a mí -explica Meirelles-. Y creo que sólo se vincula a Schnitzler porque aquí también la historia empieza en Viena y porque comparte la idea básica de La ronda: un personaje influye sobre otro y éste a su vez sobre otro más, y así sucesivamente. Pero desde allí la trama se orienta hacia otras direcciones.

Fuente: Clarín

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