Cada festival tiene su película
más esperada, y la de esta edición de Toronto era “ La nube
de Atlas ” (Cloud Atlas).
Porque es el regreso de los hermanos Wachowski (la trilogía Matrix),
y también de Tom Hanks, porque es un filme de ciencia ficción de
superproducción -aunque cueste creerlo, de producción independiente- y porque
Lana Wachowski (ex Larry luego de la operación de cambio de género) finalmente
se presentaría ante el público y la prensa.
Cada
experiencia humana está conectada con otra, de otra persona en el pasado o en
el futuro. Algunos personajes llevan tatuado un cometa en algún lugar de su
cuerpo. La premisa de la novela de David Mitchell se sigue a rajatabla en las
seis historias narradas en paralelo en distintos tiempos y espacios por los
Wachowski y el alemán Tom Tykwer. La película funciona como el sexteto Cloud
Atlas que un músico compone
en 1936: cada movimiento es independiente pero construye un todo.
Cronológicamente,
la primera historia transcurre en las Islas del Pacífico por 1849, luego salta
a Cambridge en los ‘30, San Francisco en los ‘70, el presente y dos futuros, el
último en Neo Seoul 2134, y el que explica el sentido filosófico del relato,
con una sociedad clonada donde la clase media ya no existe y la revolución es
la única salida.
No es
una película seis manos, ya que los Wachowski dirigieron el primer pasado y las
dos historias del futuro, y Tykwer las restantes. Y cada actor participa en
casi todas las historias, construyendo 4, 5 o 6 personajes cada uno.
Cómo
reunir ¡16! personas en una conferencia de prensa arriba del escenario:
dispuestas en dos gradas, con los directores en el centro, adelante, y los 13
actores a su alrededor.
Tom
Tykwer (Corre, Lola, corre) aseguró: “Algo que nos unió profundamente
fue que lo que hacíamos era tan loco y experimental, y a la vez, popular”. Y
agregó: “Sí, creemos que es un Blockbuster”.
Fuente: Clarín
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