La estrella de Hollywood estrena mañana “Riddick”, continuando una saga,
igual de exitosa que la de “Rápido y furioso”. El actor tiene 45 millones de
fans en Facebook. Y les escribe.
Una tarde cualquiera
en Nueva York, finales de los noventa. Marc Sinclair Vincent (o Vin Diesel,
como lo conocían los otros patovicas en los clubes nocturnos donde trabajaba de
portero) le decía a sus amigos: “Voy a ir a Los Angeles y la voy a romper, voy a
ser el artista más grande del mundo”.
Promoviendo su nueva
película Riddick, la tercera de esa saga (que estrena mañana en la
Argentina), Vin Diesel recuerda aquella anécdota y se ríe, porque un año y
medio después de aquel primer intento de triunfar enLa
Meca , se tuvo que volver a
la casa de sus padres en Greenwich Village con la cabeza baja, a enfrentar a
sus amigos del barrio.
Con 23 años, Penny
Marshall le había dado un papel en una película de Robin Williams y Robert De
Niro, Despertares. Una sola línea, pero pensó que le iba a bastar para
abrirse puertas. Después de todo, venía trabajando en teatro desde los 7 años,
alentado por su padrastro, Irving, un coach actoral del Off Broadway.
“Qué feo fue volver
al club de Nueva York y que mis compañeros (los otros patovicas) me cargaran.
‘¿Cómo Vin, no era que te ibas a comer crudo al mundo?’, me decían”. Eso lo
motivó, asegura ahora, empezó a estudiar en la universidad para ser guionista y
hasta hizo una clase de periodismo que recuerda con precisión. “Somos colegas”,
bromea primero. Luego detalla cómo la profesora les pidió que escribieran su
obituario. Y él, a las 3 de la mañana, se despachó con una historia de cómo
Hollywood estaba perdiendo a uno de los suyos, el hombre que había llegado para
cambiarle la cara al cine. “Al otro día la profesora me hizo leer mi trabajo,
la cara de mis compañeros era impagable, no podían creer lo que estaban
escuchando, pensaban que yo era un megalómano”. Tal convicción lo decidió a
hacer su primer corto, Multifacial (1995), uno que le costó 3.000 dólares
y lo llevó a Cannes. Steven Spielberg lo vio y lo llamó para darle un papel en Rescatando al Soldado Ryan. El resto ya es historia.
Tres días antes de la
entrevista con Clarín, el actor que tiene 45 millones
de fans en Facebook a quienes les dedica atención personalizada (ver Con 45...) había recibido su estrella en el Paseo de la fama de
Hollywood, frente al Hotel Roosevelt. Lo acompañaron su madre y su padrastro, su
esposa y sus dos pequeños hijos. La actriz Michelle Rodriguez, su compinche en
la saga de Rápido y furioso, que estrena la
séptima el año próximo, le hizo los honores: “Si él tiene un sueño les aseguro
que va a ser lo imposible por cumplirlo”, dijo la actriz.
“Michelle no miente,
cuando me focalizo en algo no paro hasta concretarlo”. Sonríe todo el tiempo
Vin Diesel. Tiene un cuerpo templado, de musculatura muy trabajada, la pelada
reluciente y esa voz gruesa, inconfundible, pero transmite calidez.
¿Qué significa tener una estrella en el Camino de la Fama para alguien
que dice haber sabido siempre que iba a triunfar?
Es la muestra más
cabal de que los sueños se pueden cumplir y eso quiero que lo sepan todos, en
cualquiera parte del mundo. Yo siempre lo supe. Recuerdo cuando hice mi primer
corto, Multifacial, de 20 minutos, la primera proyección fue en un club
de cine de Manhattan, en la pared, con un proyector barato de 16 milímetros.
Pero cuando me vi en la pantalla supe que no había estado equivocado. Era el 13
de enero de 1995 y volví a casa caminando hasta el subte a 10 centímetros del
suelo.
Tuviste que poner tu dinero para poder filmar “Riddick”. ¿Por qué lo
hiciste?
Por los fans, yo sé
que ellos están esperando un nuevo capítulo en esta saga. Los videojuegos (se
viene uno nuevo junto a la película) ayudan a expandir la mitología. Pero hacía
falta más. Y si no ponía plata yo, unos cinco millones, el estudio se quedaba
con la opción y ellos no estaban interesados en hacerla. Me sentí como cuando
conseguí los 3.000 para Multifacial. O cuando trabajé un año y
medio en telemarketing para financiar Strays (1997), uno de las 18 filmes que
Robert Redford seleccionó entre miles para presentar en Sundance. Mi padre
siempre me aconsejó terminar aquello que empezamos. Y eso es lo que quise hacer
con Riddick.
Esta vez el duro personaje traba amistad con un perro exterrestre. ¿Fue
para humanizar a Riddick?
Ese es el director
(David Twohy), que piensa que pone a una criatura para demostrar que Riddick
puede tener amigos (suelta una carcajada). Es probablemente la parte más humana
de Riddick que nunca hayamos visto. En mi vida personal, mi perro, un gigante corso
del que mis fans saben todo, murió este año. Es interesante que estoy
diciéndole adiós a mi amigo de cuatro patas y entablo una relación con otro
virtual en la película.
¿Planeás hacer algún tipo de película que no sea de acción o continuación
de algunas de tus sagas?
El año pasado estuve
a punto de trabajar con Woody Allen, pero justo el estudio me pidió hacer otra
de Rápido y furioso y
no pude. Es que Rápido y furioso es un monstruo y cuando el estudio
dice que es tiempo de hacer una nueva, hay que hacerlo. Podría haber sido
interesante trabajar con Woody Allen. Algún día quizás haga Shakespeare, por
qué no.
¿Cuál es la fórmula detrás del éxito de “Rápido y furioso”?
Ya ves, es una
película de la que no pensás que va a haber siete y que cada vez sea más grande
y mejor. Lo que hay que hacer con una saga es desafiar la expectativa, ponerle
mucha calidad, expandir la mitología, desarrollar los personajes. Por eso para
la séptima contratamos a un maestro del horror, James Wan (E l juego del miedo y El conjuro). Estoy muy excitado de ver qué va a pasar en el nuevo
episodio, qué va a traer él a nuestra saga de velocidad y adrenalina.
Fuente: Clarín
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