El
título que eligió el periodista y documentalista Shlomo Slutzky para “Sin punto y
aparte”,
la película que presenta en el Festival Internacional de Derechos Humanos que
se hace en Buenos Aires (hoy en el CCBEA, Florida 943, a las 20) llama la
atención y acicatea en la búsqueda de los porqués. En ella, el realizador
relata el derrotero que tomó la juventud judeoargentina enrolada en el sionismo
de izquierda en la década del 70, durante los peores años de la dictadura. Por
un lado, el camino de los que optaron por quedarse a defender sus ideales,
muchos de los cuales se convirtieron en desaparecidos o presos políticos, y por
otro, el de aquellos que eligieron luchar por sus ideales libertarios desde
Israel.
Segùn Slutzky, “Sin punto y
aparte” enfrenta
a compañeros que en el pasado se acusaron mutuamente de “traicionar la causa”
de la revolución, y hoy pueden juzgar los logros y fracasos de sus vidas.
Todo esto comenzó cuando por su tarea
periodística, el realizador debió cubrir para la TV israelí el juicio al
general Luciano Menéndez durante el 2008 en Córdoba. Y fue precisamente, esta
confrontación la que logró que se dejaran de lado las diferencias, porque en
realidad, ninguna de las partes le puso un punto y aparte a su judaísmo, lo que
derivó en la reconciliación, como reconoce uno de los entrevistados: “Este
trabajo echa luz sobre algo que estaba debajo de la alfombra de la comunidad
judía”.
El filme le demandó cuatro años de trabajo,
con más de 170 horas filmadas, mucho trabajo de archivo y decenas de
entrevistas, de las que sólo una mínima parte llegaron a la pantalla.
También señala Slutzky que este es el primer
proyecto cinematográfico entre ese país y la Argentina. Además, el filme
participó en varios festivales, en los que recogió elogios a su claridad y
esfuerzo.
La música fue compuesta por el argentino Martin
Alfie, pianista de jazz, compositor y orquestador, quien llegó a Israel en
2001, cuando el estallido económico argentino hizo eclosiòn.
El trabajo de Shlomo Slutzky es un emotivo
homenaje a los casi 2000 judíos desaparecidos durante los peores años de la
dictadura.Y como él mismo remarca: “No queremos ponerle un punto y aparte a la
memoria ni al olvido”.
Fuente:
Clarín
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