Pesimismo sobre el futuro y regresión
al primitivismo son
dos ejes recurrentes en los realizadores que han filmado el fin del mundo.
Muchas veces se trata de adaptaciones cinematográficas de novelas del género ya que también la literatura se ha
ocupado abundantemente del Apocalipsis.
Una veta muy explotada por este género es la del agravamiento de algunos de los
males terrestres actuales
–carrera armamentística nuclear, contaminación ambiental, sobrepoblación y escasez de alimentos, explotación del hombre por el hombre, etc- que
eclosionan arrasando con la civilización tal y como la conocemos. Pensemos en
films como Mad Max II, Soylent green, Metrópolis.
Otra vertiente es la de la tecnología que el propio hombre ha
desarrollado y acaba por competir con él o dominar su vida: Blade Runner,
RoboCop y Minority Report, son algunos títulos emblemáticos.
Aunque la causa de la hecatombe puede también ser una invasión
extraterrestre, como en La guerra de los mundos (novela de H.G.Wells
adaptada al cine dos veces, en 1953 y nuevamente en 2005, esta vez bajo la
dirección de un Steven Spielberg que lamentablemente no estuvo a la
altura de su talento); o en la olvidable Independence Day (1996).
Antes y después
del fin del mundo
El apocalipsis en el cine suele no tener lugar en realidad. La
humanidad evita rozando la catástrofe: los invasores de Wells mueren al entrar
en contacto con las bacterias y virus humanos para los cuales no tienen
defensa. O bien la catástrofe tiene lugar y quedan sobrevivientes: todo vuelve
a empezar y ése es otro de los temas favoritos de las películas
futuristas.
En efecto, el cine se ha ocupado también de los momentos pre y
post apocalípticos. El fin del mundo se intuye generalmente por los signos
de degradación social, la sociedad se hunde en el caos, el hombre vuelve a ser
lobo del hombre. Y algo muy parecido sucede el día después: los pocos
sobrevivientes luchan encarnizadamente por los escasos recursos que quedan. La
saga Mad Max es nuevamente un buen ejemplo de esto, ya que la primera es
la cruda pintura de una sociedad decadente y sin ley, mientras que cuando
comienza la segunda, nos enteramos de que lo preanunciado sucedió: una guerra
nuclear acabó con la mayoría de la población y los que quedan, reducidos a grupos
casi tribales, pelean a muerte por el control de… los surtidores de nafta.
La tercera no está a la altura de sus precedesoras.
Otras pre y post apocalípticas notables son La Ruta, Los hijos
de los hombres y, en menor medida, Waterworld.
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