viernes, 21 de diciembre de 2012

El cine y el fin del mundo


Pesimismo sobre el futuro y regresión al primitivismo son dos ejes recurrentes en los realizadores que han filmado el fin del mundo. Muchas veces se trata de adaptaciones cinematográficas de novelas del género ya que también la literatura se ha ocupado abundantemente del Apocalipsis.
Una veta muy explotada por este género es la del agravamiento de algunos de los males terrestres actuales –carrera armamentística nuclear, contaminación ambiental, sobrepoblación y escasez de alimentos, explotación del hombre por el hombre, etc- que eclosionan arrasando con la civilización tal y como la conocemos. Pensemos en films como Mad Max II, Soylent green, Metrópolis.
Otra vertiente es la de la tecnología que el propio hombre ha desarrollado y acaba por competir con él o dominar su vida: Blade Runner, RoboCop y Minority Report, son algunos títulos emblemáticos.
Aunque la causa de la hecatombe puede también ser una invasión extraterrestre, como en La guerra de los mundos (novela de H.G.Wells adaptada al cine dos veces, en 1953 y nuevamente en 2005, esta vez bajo la dirección de un Steven Spielberg que lamentablemente no estuvo a la altura de su talento); o en la olvidable Independence Day (1996). 

Antes y después del fin del mundo
El apocalipsis en el cine suele no tener lugar en realidad. La humanidad evita rozando la catástrofe: los invasores de Wells mueren al entrar en contacto con las bacterias y virus humanos para los cuales no tienen defensa. O bien la catástrofe tiene lugar y quedan sobrevivientes: todo vuelve a empezar y ése es otro de los temas favoritos de las películas futuristas.  
En efecto, el cine se ha ocupado también de los momentos pre y post apocalípticos. El fin del mundo se intuye generalmente por los signos de degradación social, la sociedad se hunde en el caos, el hombre vuelve a ser lobo del hombre. Y algo muy parecido sucede el día después: los pocos sobrevivientes luchan encarnizadamente por los escasos recursos que quedan. La saga Mad Max es nuevamente un buen ejemplo de esto, ya que la primera es la cruda pintura de una sociedad decadente y sin ley, mientras que cuando comienza la segunda, nos enteramos de que lo preanunciado sucedió: una guerra nuclear acabó con la mayoría de la población y los que quedan, reducidos a grupos casi tribales, pelean a muerte por el control de… los surtidores de nafta. La tercera no está a la altura de sus precedesoras.
Otras pre y post apocalípticas notables son La Ruta, Los hijos de los hombres y, en menor medida, Waterworld.

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