lunes, 9 de enero de 2012

El director Pablo Solarz analiza el cine latino

Estamos en un momento muy bueno que debemos cuidar, pues somos responsables de producir una especie de maduración en países donde hace casi 20 años no se hacía cine, dijo a la prensa Solarz, quien acaba de presentar en La Habana su primera película como director: "Un juego irónico".
Sobre el cine contemporáneo en Argentina, comentó que en ese país se están haciendo cada año un centenar de películas, lo que, aseveró, implica ser muy exigentes para que la calidad de las producciones esté al nivel de las expectativas de una nación que invierte tanto dinero en cine.
Señaló que el problema de esas cintas es la exhibición, pues mucho cine queda sin oportunidad de llegar a su público porque tiene que ver con las cuotas de pantallas, con las superproducciones que vienen del exterior.
Ahora se están desarrollando políticas de protección nacional, pero hay que seguir avanzando, subrayó.

CURRICULUM
Guionista de las películas "Historias mínimas", "¿Quién dice que es fácil?" o "Un novio para mi mujer", Solarz integró hace dos años el jurado del habanero Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, un certamen al que califica como "el más lindo del mundo", con una atmósfera impresionante y un público conocedor de cine y muy participativo.
Seis años le tomó la escritura de "Un juego irónico", una cinta estructurada con ingeniosos diálogos entre dos personajes no predestinados a estar juntos, pero que insisten en intentarlo.
La crítica advierte en la película reminiscencias al cine de Woody Allen y a tendencias de la llamada nueva comedia americana.
La obra fue asesorada por reconocidos guionistas como Eduard Pómeras, Humberto Dorado, Jesús Regueira, e involucró también a Lucrecia Martel, Peto Menahem, Juan Taratuto y a los alumnos más avanzados del taller de guiones de Solarz.
Las nuevas tecnologías han democratizado la realización audiovisual, pero además de su factura, una buena película implica una historia bien contada, aseguró.

GUION
Solarz consideró que el guión es el lugar "donde más tenemos que trabajar, donde más flojos estamos, pues se filman muchas películas cuyos guiones pudieron trabajarse más, y la calidad de las producciones pudo ser superior".
El guión es un punto débil de la industria, y el guionista es un artista bastante relegado, menospreciado, desde el momento en que los honorarios que cobra no son suficientes para vivir de eso, y debe trabajar de otra cosa y hacer su trabajo en el tiempo libre que le sobra, denunció.

Pidió comprender que el guión es la herramienta que sirve para unir a todas las voluntades, para conseguir los dineros necesarios para filmar, para entusiasmar a grandes actores y a posibles coproductores.
Solarz estimó que un buen guión tiene que contar un mundo, tiene "que hacernos sentir en la butaca que estamos conociendo o reconociendo algo conocido".
Además, "debe ofrecernos un puñado de personajes con todas las letras, suficientemente interesantes en sí mismos como para no depender de la trama, y una cadena de eventos que nos hagan sentir que progresa una historia".
El artista reclamó honestidad en los guionistas quienes, en su opinión, deben que ofrecer una obra que sirva para algo más que entretener a un público.
"Tiene que apostar a algún tipo de duración más allá de la que lleva ver una película. Tiene que dejarnos algo, intentar ser una instancia de cambio, de incidencia sobre nosotros. No puede ser la vida lo mismo antes y después de ver una película", subrayó.

Fuente: La Tercera.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario