
En el Festival de Cannes las
entrevistas con la prensa son maratónicas para las estrellas. Sofia Coppola
acababa de presentar fuera de competencia y en la sección Una cierta mirada Adoro la fama, que se estrena aquí el
jueves. Estaba, cómo decirlo, semidestruida. La película trata sobre un hecho
real: la serie de robos que tres chicas adolescentes y un chico realizaron,
entrando a mansiones de famosos como Paris Hilton, en Los Angeles.
El cuerpo tirado sobre una silla de
un salón del Hotel, achinaba los ojos para pizpear su Blackberry. “Estoy un
poco cansada ahora, así que no sé bien qué voy a decir”, se ataja.
¿Es difícil relacionarse con estos
chicos y sus vidas, con lo que viven y lo que quieren, viniendo de otra
generación?
¿Siendo mucho más vieja? -ríe-. Son
tan distintos a lo que era yo cuando estaba creciendo, así que sin dudas,
intenté involucrarme con el efecto que los realities de televisión y las redes
sociales tienen en estos adolescentes y sus vidas.
¿Lo viste como algo sintomático de
la cultura, donde la línea entre lo privado y la virtualidad es muy delgada, en
cuanto a las redes sociales, que parece les da cierto derecho de entrar a la
vida de los demás?
Sin dudas, creo que hoy no existen
los mismos límites, porque toda la información se comparte.
¿Usás
Facebook y Twitter?
No.
¿Qué aspecto fue el que te interesó
de contar esta historia?
La historia es ciertamente
fascinante, porque sólo estos chicos podrían estar lo suficientemente locos
como para hacer algo así. Era emocionante, pero por otro lado lo sentía tan
desconectado de mí. Me refiero a las cosas que hacían, lo que les gustaba, todo
lo que tiene que ver con su cultura contemporánea, lo que ellos son y lo que
les importa. Es muy distinto de lo que yo hacía cuando era chica.
¿Cómo hiciste para no emitir ningún
juicio de esta gente? ¿Cómo lo manejaste?
Trato de no juzgar a nadie y ponerme
en el lugar del otro. Por ejemplo, el chico fue con el que más me conecté,
porque era el más compasivo. E intenté mostrarlo y dejar que el público lo
experimente y, cuando finalmente reflexione, que pueda ver cómo se siente al
respecto.
¿Conociste a los verdaderos
personajes?
A dos de ellos. Con el chico me reuní
un par de veces, antes de que fuera a la cárcel. Escuché su perspectiva y los
detalles.
¿Seguís en contacto con él?
No hablamos más. Creo que ya salió
de la cárcel.
¿Cómo te cayeron en comparación con
cómo llegó la historia a los medios? ¿Qué fueron las cosas que te sorprendieron
de ellos como personas?
Quizá las citas que hace él son
bastante locas, pero te genera muchísima compasión ver lo que hizo este chico,
cómo terminó en la cárcel por eso, y cómo ha afectado su vida, porque realmente
está arrepentido.
Las jóvenes están obsesionadas con
la moda. ¿Cuál es tu propio concepto sobre la moda y el estilo?
Su idea de lo que les parece
atractivo es muy distinta de la mía.
¿Qué es la elegancia para vos?
Admiro la sutileza y el
refinamiento, y creo que ellos están más fascinados por lo llamativo. Les gusta
lo que llama la atención.
“Adoro la fama” podría haber sido
una comedia o una tragedia. ¿Cómo elegiste el formato, o el tono?
Simplemente intenté tomar de la
historia las cosas con las que me relacionaba. Muchas cosas eran divertidas y
otras eran tristes; es como una combinación, pero creo que tiene mucho humor y
cierto lado oscuro, pero no quería hacerlo de una sola manera.
Pero no se trata sólo de robar
cosas, se trata de reflejar un estilo de vida. Vos estuviste del otro lado.
¿Qué opinás sobre ese estilo de vida?
Creo que son jóvenes y están
intentando encontrar su identidad. Definitivamente, esas cosas representan un
determinado estilo de vida, y que me contrataran para hacer comerciales de
perfumes, me da culpa.
¿Qué hay sobre la música?
Me gusta toda la música de la banda
sonora del filme. No me gusta el hip hop, así que quizás eso es lo único en lo
que no coincido. Me gusta mucho la canción de Sleigh Bells, tuve esa canción en
mente para los créditos de apertura. Y fue divertido usar las canciones de
Kanye West.
Quizá parece una canción más pop.
¿Es algo intencional?
Sí. También esta historia está
dentro de la cultura pop, así que quería hacer algo acorde. Fue otro desafío
hacerla pop, una película popcorn , al mismo tiempo.
Hablando sobre estilo, tu manera de
rodar siempre fue distintiva. También te graduaste en Arte en la Universidad.
¿Qué importancia tiene cuando pensás en el concepto visual?
Sí, en realidad, esto tuvo mucho más
que ver con la cultura pop. Siempre me ocupo de la fotografía, y en ella trato
de encontrar referencias para establecer la construcción visual, cómo crear el
impacto visual y establecer la atmósfera correcta.
Mencionaste que los jóvenes no
logran encontrar su identidad. Cuando hiciste “Las vírgenes suicidas”, ¿sentías
que ya habías encontrado tu identidad como directora?
Sí, en realidad no estoy segura de
cuándo se define eso, pero sé que tenía mi propio punto de vista, mi forma de
hacer las cosas.
Esa superficialidad a la que te
referís está reflejada en Los Angeles.
Traté de pensar en un lugar donde
esto se viera continuamente. Quería explorar esa cultura de la celebridad,
donde todos quieren ser famosos.
¿Alguna vez esta superficialidad y
la cultura de las celebridades desaparecerán? ¿Creés que esta tendencia puede
revertirse?
No lo sé. Aquí la estamos
presentando, estamos hablando de eso y me inquieta saber si habrá algún tipo de
reacción.
En la película parece haber muchas
diferencias entre estos chicos que entran a robar y a quienes roban. Parece que
esa celebridad y esa fama yacen en cosas efímeras, no en esenciales.
Creo que había una gran conexión
entre las personas que tenían como objetivo para los robos y ellos. No todos,
pero a muchos les encantaban las estrellas de los realities, y estos chicos no
eran muy distintos.
Así que sería imposible cambiarlos.
No quiero decir que no hay
posibilidad de cambiarlos, pero el hecho de que una de las chicas terminara en
la cárcel, al igual que Lindsay Lohan... Ambas robaban y terminaron en la
cárcel, así que hay una certera conexión.
¿Cómo promocionás esta película? Los
más jóvenes van a querer verla. Quizá no es para ellos, pero es sobre ellos.
Espero que el público esté
conformado por jóvenes y por adultos. Creo que es atractivo para los jóvenes,
porque forman parte de ese mundo. Y también para los de mi edad, para saber qué
está pasando.
¿Hay algo de malo en disfrutar tu
película, por lo que presenta, por todos los robos y el contexto?
Creo que sería uno de esos pequeños
placeres que nos dan culpa. Al final de la película, hay un tono muy distinto y
no termina con esa sensación. No estoy tratando de glorificar el robo.
Bueno, pero mientras más roban,
mayor es su sentido de impunidad.
Sí, el chico me dijo que como no los
habían arrestado, se sentían invencibles y por eso siguieron adelante.
¿Te interesa seguir explorando el
mundo de los jóvenes?
No lo sé. En este momento no tengo
ningún plan. No estoy segura. Les he dedicado gran parte de mi vida y es algo
que me ha hecho muy feliz.
En tu familia hay muchísimos
personajes creativos y talentosos. ¿Cómo fue crecer en ese ámbito?
En mi familia hay muchísimas
personalidades; son personajes espectaculares, pero siempre fue muy divertido.
Siempre pudimos hacer lo que quisimos.
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